10 de febrero de 2009

Mi madre y la dictadura








Ya concluida mi amplia etapa escolar en mi cuestionada “alma máter” (en la cual la visión y misión estarán siempre algo distorsionadas, o quizá con alguna otra connotación) – “era un colegio policial del barrio donde nací”, llevaba el nombre de una santa que no había cometido falta alguna y que para su mala suerte por alguna razón alguien la nombró después patrona de la policía, cabe aclarar que yo solo era un pobre e indefenso niño que solo obedecía y acataba las ordenes de mis padres, ellos nunca me consultaron si en realidad yo quería pertenecer a ese centro educativo que con el transcurrir de los años cambio de ser centro a institución educativa (que dicho sea de paso me dio igual).

Este colegio tenía como “garantía” hacer de tu niño todo un hombre hecho y derecho (propuesta que alentaba a mi angustiada e interesada madre), tener el gallardo porte militar, el cabello cortito, los galones brillantes, la corbata ajustada, la insignia bien posicionada (que de tanto imperdible mi madre decidió cocerla), la cristina obligatoria para cada lunes cívico, la infaltable escarapela (en caso de fiestas patrias), los zapatos bien lustrados, una voz de cadete de quinto año y un paso marcial (bueno así lo decían los redundantes maestros de ceremonia) cuando abríamos un desfile en la parada militar, en el campo de Marte o en el mercado de la vuelta donde desde ya éramos fieles caseritos y que hacia delirar a nuestras entusiasmadas madres.

Para ser sincero por un momento me llego a gustar, mucho más cuando estuve en quinto grado de secundaria, ya que me nombraron con el “majestuoso” cargo de escolta y todos eran mis fieles vasallos, podía gritar, lornear, subestimar, minimizar a los demás, lornear otra vez, entre otras cosas, yo era algo así como el “Jaguar” y sus innumerables “Esclavos” (o así lo quiero recordar).

Hasta que un desafortunado día tuve una fuerte discusión con el jefe de normas académicas (distinción muy vanagloriada para su insuficiente capacidad cerebral y sujeto responsable de muchas crucifixiones, digo, expulsiones) una clase de Poncio Pilatos con un par de clasecitas en pedagogía, o algo parecido a una discusión con la Madre Superiora en un colegio de monjas, como consecuencia fui destituido de mi cargo e invitado al retiro mismo general Donayre, pero a diferencia que a mi nadie me quiso cargar en sus hombros y mucho menos traer un caballo, bueno aunque me tuve que conformar con “Tatán” el viejo y carachoso perro del colegio y su infaltable e imprescindible limón colgando del cuello.

Ya que este breve periodo por los altos mandos fue inevitablemente frustrado y no respondió a mis expectativas de soldadito contestón, motivó a mi posterior rechazo por las fuerzas armadas, aunque a mi madre ese parecer le importaba muy poco (un pito para ser más exactos), ella siempre fue una mujer muy campechana, alegre y divertida, siempre tuvimos una buena relación, cualquier decisión que yo tomara siempre tenía que llevar el sello de su aprobación y consentimiento, en este caso mi lema y eslogan era el “no a las fuerzas armadas”( y todo lo que se le parezca)- el año escolar ya iba concluyendo y yo sabia lo que se avecinaba, sabia lo que tramaría mi madre, pero no cual sería su “plan de operación”.

Una mañana muy a gusto me levante y fui a la mesa a engullir mis aperitivos mañaneros (que comúnmente consta de un café y dos panes con lo que haya, si tengo suerte) en cuestión de segundos percaté que en mi festín se habían incluido sorpresivamente dos vasos de dimensiones muy colosales inundados de un consistente jugo de plátano con leche, el café fue reemplazado por un quaker (ese donde sale un gordito cachetón) y biscochuelos por montón, por un momento al estar muy conmovido por el interés de mi madre por mi sana y un tanto exagerada “balanceada” alimentación vino a mi mente la célebre frase: “Porque madre solo hay una”, mientras ingería el consistente jugo y me atragantaba con los biscochuelos recién salidos del horno.

La faena se repitió por los tres días siguientes, al cuarto día vino a mi una inquietud, ¿Por qué mi señora madre estaba tan obcecada en darme todo ese banquete?, ¿Será porque me quiere ver sano y saludable?, ¿el plátano esta barato?, ¿se afilio al vaso de leche?, ¿me habrá visto con poco potasio?- (cabe señalar que en ese tiempo estaba yo muy flaquito y recordé que en una oportunidad el jefe de normas académicas nos hablo sobre la relación que tenia que existir sobre el peso y la talla para poder postular a las fuerzas armadas y yo no era nada bajito )- entonces atine, acerté y descifré su “plan de operación”, me estaba engordando, hinchando, inflando y ensanchando, como engordan desde julio hasta diciembre a los pavos para la navidad, y efectivamente había subido un par de no despreciables kilitos ( tomando en cuenta mi no muy dotada corpulencia).

En seguida encaré a mi madre y muy enojado le cuestione cual era el propósito de su reciente muy extraña “actitud culinaria”, ella respondió con una sonrisa amable:
-Solo quería sorprenderte hijo, aparte esta muy deliciosa ¿no?, sabia que te iba a gustar, (En realidad si me había gustado y mucho, pero ja! No iba a caer en la trampa de la señora sonrisas), entonces opté por retirarme y dejar las cosas para después.

Esa misma noche fui muy decidido a hablar directamente con mi madre, quería atraparla, apresarla, sorprenderla, desenmascararla, llegar hasta torturarla para que así revele todo su “macabro plan”.

- … y mamá… ¿que haces? ( baa! ¿Que me creen? ¿Un mafioso italiano? )

- Aquí hijo…chequeando a que escuela te convendría postular (¿postular? ¡Oh no! Esto ya estaba yendo demasiado lejos )

- Mamá…

- Creo que la marina seria una buena opción…

- Mamá…

- Aunque de niño te gustaban los avioncitos…

- Mamá ¡¡no!! ( entonces ella calló y me quedó mirando )


- En realidad no quiero pertenecer a ni una de esas estúpidas escuelas, no es mi vocación, tu solo quieres decidir lo que será de mi vida sin consultarme, mamá mírame, toda mi vida te he obedecido, pero creo que es hora que me dejes elegir y buscar lo que realmente quiero (cosa que no tenia en ese momento muy en claro, pero tenia que mostrarme muy seguro ¿no?, de lo contrario mi vida correría peligro en un pelotón de fusilamiento ), hay cosas que uno se propone en la vida mamá y desea cumplirlas a pesar de todos los obstáculos y adversidades que se presenten en el camino, nada es imposible – le dije - con una sonrisa en los labios y evocando en mi memoria el popular lema de Barack Obama “ yes, we can” ( de pronto pude ver en sus ojos esa mirada, esa mirada de fe y convicción ( que solo le producen sus viejas películas Hindú ), mi madre había entrado en razón, lo había logrado y sin necesidad de pedírselo a la virgencita de Guadalupe como veo que lo hacen en su novela compactada “La Rosa de Guadalupe”)

- Postularás en marzo Pierre, tienes todo el verano para prepararte y no discutiremos más del tema ¿ok?–respondió- mientras yo veía como mí improvisado discurso era pisoteado y hecho pedacitos por la más cruel dictadura (bueno… siquiera lo intente ¿no?).

Ese verano me sometí a la inhumana dictadura, mi madre me consiguió un maestro de matemáticas que me impartía tres clases a la semana de dos horas cada una, era un maestro joven y muy particular con el que sostuve una buena amistad ya que me compartía también sus “clases de vida”, en la primera hora se atribuía la materia de geometría, aritmética, algebra o trigonometría ya para después en la segunda fracción hablar acerca de nuestras “vastas y amplias” experiencias amorosas a veces un tanto exageradas.

Al mismo tiempo mi madre me inscribió a un gimnasio (esos que se encuentran a la vuelta de la esquina y que llevan esos irresistibles carteles de ofertas “dos por uno” (agregando que sería lo único irresistible que encontraría ahí) y donde es imposible distraerse con alguna “musa” ya que solo van señoras esperanzadas, animadas y con mucha pero mucha fe.

El dueño era un tipo pequeño y regordete, no era exactamente la clase de “inspiración” que uno necesitaba o el modelo a seguir, ni el tipo robusto y fornido que publican en esos afiches de suplementos energéticos, creo que el sólo cumplía con abrir y cerrar el local, ya que luego de realizar su “inmensa labor cotidiana” sólo optaba por desparramarse en su silla por el resto del día.

Iba llegando el día y se presentaban los primeros exámenes como el clínico y el psicológico de los que salí airoso, los clásicos cadetes de grados superiores siempre se aparecían y merodeaban la zona para buscar un “inquieto postulante” al cual poder lornear, siempre que pasaban por mi lado ni siquiera los miraba y ponía cara de pocos amigos.

Solo en una oportunidad se me acerco un cadete de quinto año que se asemejaba al “muy amigable RoboCop” y me pregunto:

- ¿Quién es más alto, tu o yo?, (no se necesitaba traer una reglita y ponerla encima de nuestras cabezas para notar que yo me aventajaba por unos cinco presumidos centímetros ante el susodicho, pero ni loco me pondría a discutir con el intimidante cadete), entonces lo pensé bien y muy cortés conteste:

- ¡Usted señor! ( recuerden que yo era nuevo en estas cosas)
Entonces percato que el hasta entonces “amigable cadete RoboCop” da una sonrisa a medias un tanto sarcástica y dice:

- Eso quiero comprobarlo, ¡baja! ¡baja!- me dijo -, (lo que pretendía el condenado cadete era que me encogiera un poco y así esté a su altura, cosa que obviamente no haría, ya que pondría en juego mi dignidad al frente de los demás temerosos postulantes), yo me puse firme e ignoraba al un tanto ya fastidiado cadete (pensando que en algún momento se aburriría de tanta insistencia), pero por algún motivo y alguna razón en ese preciso instante no contaba con la astucia de otro “intuitivo cyborg” de cuerpo humanoide que pasaba por la comarca con muchas ganas de desgraciarle la vida a alguien que se cruzara en el camino ( lo único que puedo decir sobre aquel día es que mi dignidad perdió cinco centímetros).

El día del examen de resistencia física estuve muy seguro y preparado, me levante muy temprano, tome mis cosas y fui a la escuela, la primera prueba radicaba en el ejercicio de barras (todo estaba fríamente calculado, diecisiete bien hechas, una con ayudadita y asunto arreglado), la segunda prueba era la de natación (o tratar de no ahogarse) en una piscina de 25 mts al lado de siete postulantes de los cuales llegue segundo y en un tiempo razonable, la tercera y ultima prueba consistía en los 100 mts planos, al plantarme ya consumido por el sofocante sol en el tercer carril y ver a los otros siete exhaustos muchachos que correrían conmigo, sentí algo muy extraño, sentí que estaba apunto de llevar mi vida por un rumbo totalmente distinto al que tenia planeado, sentí que ella talvez ya no sería la misma y todo daría un giro impuesto quizá por un tonto capricho, sabia también que mi madre desde su perspectiva sólo quería lo mejor para mi, pero en este caso quizás “lo mejor” no era lo más acertado, ya era hora que me diera a elegir cual seria en si la meta a la que quería llegar y no detenerme por nada del mundo ( meta que no era exactamente la que tenía en frente), mientras corría ya agotado al lado de esos muchachos me detuve desconcertado a medio camino, mientras veía como ellos se alejaban fugazmente y presurosos llegaban a la meta, su meta, entre tanto sentía el murmullo de toda la concurrencia, lo único que hice fue dar media vuelta y no mirar a nadie ( tal vez porque así sería más fácil ), tomar mis cosas e irme con el primer grupo de eliminados que encontrara, quizás ese día muchos murmuraron en un tono burlón lo muy idiota que fui, pero yo se que tomé una de las mejores decisiones de mi juventud.










19 comentarios:

  1. muy bueno, me encanto!!

    ResponderEliminar
  2. ayyyy primoooooo primooo!!! ia t dig!. .. fue dmasiado bueno y xistoso.. sigue asi q stare esperando el mio u.u .. ahh! y una sesion especial pa mi portada ok! t keo primito =) -

    ResponderEliminar
  3. uhmmm...En algun momento de la vida los hijos se ven forzados a cumplir los sueños de los padres, talvez algun dia yo tb hare lo mismo no lo se, pero es la naturaleza tratar de ke nuestros pekeños sean un reflejo de nosotros, o talvez de algo ke añoramos ser, es interesante este relato; demuestra como un pequeño y flacucho muchacho se va tranformando y talvez madurando al mismo tiempo ke, demostrando rebeldia, no le importa ser eliminado de la carrera militar y pasar la verguenza de ke su joven madre piense que es un completo inutil xD!. Kien iva a pensar ke alguien a kien yo conosco como el chibolo emo-punk-sentimental(x no decir lloron), estubo a punto de ser militar, jajaja bueno esperemos ke nos cuente mas cosas de su trsite vida, perdon interesante vida para nuestro deleite(kgarnos de risa y luego burlanos de el!!! xD!) xao loka!

    ResponderEliminar
  4. mUI wenO...DemAzIaDo wEnO!!

    mE eNkAntO tU lO zAbeZ!!

    lA hIZtORiA eZ mUi eNtRetEnIdA y eZ mUI rEal

    eZ lO q CasI sIEmprE qIErEn lAz mADREz

    paRA zUz hIjOz hOmbreZ!

    aiiiiiiiiiiiii


    nO sE q haCemOZ esTuDiandO cOntAbilIdAD!!

    jajaja

    xD

    atte: geral! =)

    ResponderEliminar
  5. Creo q los clasificados del comercio son mas entretenidos q esto xD jaaaaaaaaaaa!! jajajajajajaj!! Naa, no se porqué se te ocurrio escribir esto, seguro no tenias nada q hacer no hijo? tamare, una waa estar en la universidad xD jajajajajaj
    Sigue con tus Peripecias Anecdoticas tio, cuidese!! =D

    ResponderEliminar
  6. Fue muy interesante lo que escribiste. A mi me pasó algo similar, pero bueno...
    Nuestros padres quieren lo mejor para nosotros y por eso mismo nos exigen bastante para que seamos algo en la vida. A veces nos llegan a exigir tanto que se olvidan de nuestros sueños que en ocasiones son completamente distintos a los que tenían pensado para sus hijos.
    Pero la vida en algún momento te da la oprtunidad de que tomes tu propìa desición y hacerte responsable de ello. Y la desición que tomaste fue muy importante porque estabas eligiendo que hacer en tu futuro. Te estabas proponiendo una meta, un objetivo. Y para este caso creo yo que lo ideal sería que nuestros padres nos aconsejen y nos apoyen. Además que ellos ya han pasado por eso. Pero no son perfectos.Ellos tambien se equivocan. Al final de cuentas tu madre en ese entonces sólo quería lo mejor para ti.

    ATTE :
    SANDY !

    ResponderEliminar
  7. interesante y sumamente gracioso!!
    me hiciste recordar cuando yo niña obediente comence a estudiar por obra y gracia de la voluntad materna!
    al final igual lo deje!!
    chevere eh?? sigue escribiendo!
    ah y por qe toos comentan como anonimos ah??

    ResponderEliminar
  8. Que bueno que te haya gustado, en realidad recién me estoy iniciando, creo que los demás comentan como “anónimo” porque no tienen cuenta y porque yo solo les pase el link de la pagina para que así puedan verlo y den su opinión…me gustaría saber como así llegaste a ver blog y me encantaría que lo recomiendes!... pronto sale el otro post…gracias. Piercarlo

    ResponderEliminar
  9. Hola :D
    primera vez que te leo.. veo que te pasaste x mi blog, gracias :)
    bueno! después de leer este post me quedé pensando: "qué sigue?", porque me imagino que tus papás no habrán estado contentos con la decisión que tomaste o sí??
    ¿Cuánto viene el sgte post?
    rápido! que quiero saber qué sigue :D

    un beso,
    Cris

    ResponderEliminar
  10. el siguiente post sale mañana o pasado a más tardar!! es que estos dias e estado algo ocupado!! pero ia se viene :D ...!! espero sus criticas destructivas! bye un beso. Piercarlo.

    ResponderEliminar
  11. Ingresaste con buen pie al mundo de la blogósfera, sigue así.
    Suerte!!!
    Nos leemos.

    ResponderEliminar
  12. Hola.
    Venía a agradecerte tu comentario en mi blog, y de paso, a darme una vuelta por el tuyo.
    Me ha gustado tu post, porque lo explicas todo con mucha gracia.
    Yo creo que hiciste bien en dejar lo que no te gustaba ni te apetecía hacer. El mundo está lleno de infelices que no siguieron sus propios sueños, no?

    Un beso, Piercarlo.
    :)

    ResponderEliminar
  13. A veces nuestros padres tratan de cuidarnos y quieren dirigir nuestras vidas, pero lo justo es q nosotros tomemos nuestras propias deciciones y si nos equivocamos, aprender de nuestros propios errores, por eso te felicito por tomar las riendas de tu vida....
    Llegué a tu blog porque vi un comentario que le hiciste a Cristina,
    Besos,
    C.W.

    ResponderEliminar
  14. crítica destructiva: cuida más de ortograféa
    jajaja
    saludos suerte en todo

    ResponderEliminar
  15. Hey la entrada de la amiga de mi novia no puedo hacer un comentario....

    ResponderEliminar
  16. Si...me acabo de dar cuenta de eso... sabes porque sucede?? quiero arreglarlo!

    ResponderEliminar
  17. ya solucione el problema! ahora si puedes comentar el siguiente post! un abrazo. Piercarlo.

    ResponderEliminar
  18. oyee,, yo intento comentar y nada.. no se puede!!

    ResponderEliminar